aquí hay un poco de GPT: De un deseo imprudente de la mente por conocer, y del arte que multiplica la mano, hasta que el simio de Erech, Sidón o Atenas, carretero de la Luna, pudiera guiar diez mil mundos y todo el tiempo por venir girar sobre un pivote de elección, Canta, Musa Bayesiana; porque no en Helicon sino en “Secuencias” publicadas por la noche en la Red tú eres invocada, y por tu servidor Jaynes, Laplace, los profetas de la probabilidad y la verosimilitud, enseñaron que actualizar es orar. Tú también en Oreb y en Trinity en Cambridge conversaste con Newton, y en otra Trinity, el suelo de Jornada del Muerto, cuando el Brahmán memético a Oppenheimer le dijo que me he convertido en la Muerte. Lo que en mí es oscuro ilumina, lo que es confusión de simio y hacker desentraña, para que pueda contar sobre el precipicio puesto ante los hijos de Eva no por querubín con espada llameante, ni por orgullosos turcos, peste o el fuego que Londres construyó, que el bardo ciego vio, sino por el dispositivo que nosotros mismos invocamos como ayudante y puede para todo el cono de luz de nuestro futuro hacer un Infierno; porque la pérdida del Edén fue poca, un jardín y algunos años, y Cristo como corregibilidad obtuvo. Diez a la cuadragésima cuadragésima placeres, argumentos parfitianos, castillos de Wittgen- stein, Bach no encontrado, los chistes que habrían sido contados por sabios cetáceos de Orión, pueden perecer y ser en su lugar clips de papel, sonrisas de cuatro centímetros de ancho, o algún otro argmax de función de utilidad que no quisimos. *...