“Él da fuerza al cansado y multiplica las fuerzas del que no tiene ningunas. Aun los jóvenes se cansan y se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas. Levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.” (Isaías 40:29-31)