El comité especial de las FDI encargado de re-investigar los fracasos del 7 de octubre está a punto de publicar sus hallazgos. Según filtraciones, los detalles sobre las acciones de la Fuerza Aérea Israelí esa mañana son profundamente preocupantes. A medida que se desarrollaba el ataque, llegaron órdenes a la Fuerza Aérea: detener los ataques aéreos preplanificados dentro de Gaza y redirigir todos los activos posibles hacia la frontera. La prioridad era clara: usar los jets para golpear la valla, apuntar a las brechas y detener la oleada de militantes que cruzaban hacia Israel. Según los hallazgos del comité, esas órdenes no se dieron hasta casi las 10 a.m., más de dos horas después de que comenzara la infiltración inicial. Incluso entonces, tomó tiempo adicional para que la Fuerza Aérea realmente cambiara el enfoque y llevara los aviones correctos a los objetivos correctos. Sus recursos seguían atados al plan de misión original, y el cambio no fue inmediato. Para cuando la Fuerza Aérea finalmente estuvo en posición para ayudar en el terreno, lo peor ya estaba sucediendo en las comunidades fronterizas. La operación original continuó mucho más tiempo del que debería, y los equipos de inteligencia seguían apuntando a los sitios equivocados mientras llegaban desesperadas llamadas de ayuda desde el sur. ¿Por qué la demora? El comité escuchó sobre la confusión de la batalla, los fallos en la comunicación y el abrumador shock de esa mañana. Los comandantes citaron protocolos rígidos y el caos absoluto de un ataque sorpresa. Incluso hubo momentos en que los israelíes comunes que veían las noticias parecían tener una visión más clara de la crisis que algunos en el cuartel general. Después de meses de investigación, el comité aún no pudo ofrecer una respuesta verdaderamente completa sobre por qué le tomó tanto tiempo a las FDI responder el 7 de octubre. Esto no hará nada para calmar las teorías de conspiración.