Cada año recibías este enorme libro amarillo con el nombre, número de teléfono y dirección de todas las personas que vivían en tu ciudad o pueblo. Familia, compañeros de trabajo, amantes, enemigos. Te hacían pagar dinero si no querías estar en ella. Un negocio increíble
Escuchar jazz de mesa de café hace que la perspectiva de estar en un matrimonio sin pasión con 3 hijos a los que guardo un resentimiento latente porque su posición inicial en la escala socioeconómica era mucho más alta que la mía parezca aceptable, si no óptima en un sentido pragmático,