Señalar problemas potenciales es una excelente manera de parecer inteligente y preservar el status quo. Ninguno de los dos es un buen objetivo por el que luchar.
Al enfatizar la crítica sobre la acción (y la prohibición sobre la innovación), el problemalismo puede hacer un daño real a la sociedad.
Cuando solo te enfocas en lo que podría salir mal, inevitablemente descartas lo que podría salir bien.