A medida que deportemos a 20 millones de ilegales, veremos que el PIB se ralentiza o incluso disminuye. Esta es una disminución saludable del PIB, que se financia puramente con deuda del gobierno y es insostenible. Nuestros gobiernos federal y estatal están gastando cientos de miles de millones de dólares en viviendas gratuitas para extranjeros ilegales y falsos refugiados. Comida gratis, educación gratis, atención médica gratuita. Poner fin a ese gasto es positivo a largo plazo para nuestra economía y nuestro país.