Cuanto más violenta y empinada sea la caída, más tiempo tarda en formarse algún tipo de estructura técnica en mi opinión. El apetito por el riesgo simplemente se destruye en movimientos catastróficos (como el 10 de octubre) y muchos simplemente no tienen nada que arriesgar. El mercado se agita; pero no tan inmediato como la gente quiere.