Al final del día, nadie se preocupa por ti. Cuanto más alto llegas, más gente quiere que caigas. No les demostrarás que están equivocados con un auto genial que no tienes o algunos corazones cromados o un ático alquilado que ni siquiera es un ático. A nadie le importa. Demuéstrales que están equivocados con un maldito número gigante en la pantalla de tu cuenta de inversión. Toma nota ... Nadie está flexionando eso. Sé diferente. Flexiona algo por lo que los ricos aplaudirían, no por lo que los pobres aplauden.