Fui esta noche al segundo desfile anual de San Antonio Krampus. Debía de haber unas 5.000+ personas. Algo totalmente de base. En un mundo donde la Navidad está tan comercializada, la gente parece tener hambre de algo que se sienta auténtico. Eso y que San Antonio no tuvo esas oportunidades de comer y beber y estar feliz por encima del sobrepeso.
De forma divertida, algunas personas protestaron contra el desfile. Afirmó que abriría un "portal al infierno". * *no fue así
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