Las pérdidas son inevitables. Volví a revisar mis diarios para encontrar una entrada que escribí durante una de mis muchas rachas perdedoras, porque quería compartirla con un gran amigo que está pasando por una mala racha. Lo compartiré aquí también..... Entrada de diario: No importa cuánta habilidad desarrolles, cuánta información recopiles o cuánta disciplina cultives, encontrarás contratiempos. El objetivo nunca fue eliminarlos. El verdadero desafío es convertirse en el tipo de persona que permanece completa cuando llega. La mayoría de las personas no rompen con la pérdida en sí, rompen con la historia que le atribuyen. Un número rojo en una pantalla, un trato fallido, una oportunidad perdida... estos son solo eventos. Pero la mente se apresura a convertirlos en juicios: "Soy incompetente", "Nunca me recuperaré", "Me define este error". Ahí es donde vive el dolor. La fuerza no es evitar el fracaso, es soportarlo sin colapsar en el odio a uno mismo. El mercado, como la vida, es despiadado al recordarnos que la identidad no se puede construir sobre el éxito ininterrumpido. Si tu sentido de valía está ligado a ganar siempre, nunca durarás, porque en el momento en que pierdas, también te perderás a ti mismo. El camino a seguir es aprender a separar el resultado de la identidad, de modo que una pérdida sea simplemente un dato, no un veredicto. La verdadera resiliencia no se trata de protegerse de las caídas; se trata de entrenarse para levantarse sin vergüenza. Y una vez que entiendes eso, perder deja de ser una amenaza ... se convierte en parte del proceso que te agudiza.
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