En una carta a su hijo, Robert E Lee instó al joven a cultivar la virtud de la franqueza: "Debes esforzarte por ser franco con el mundo: la franqueza es el hijo del coraje honesto. Di lo que piensas hacer en cada ocasión, y da por sentado que piensas hacer lo correcto. Si un amigo te pide un favor, debes concederlo, si es posible y razonable; si no, dile claramente por qué no puedes. Harás mal a él y a ti mismo con cualquier tipo de equívoco. Nunca hagas algo malo para hacer o mantener una amistad. El hombre que te exige hacerlo es muy caro a costa de un sacrificio. Trata con amabilidad pero firmeza a todos tus compañeros de clase. Descubrirás que es la política que mejor perdura. Sobre todo, no aparentes ser lo que no eres ante los demás. Si tienes alguna falta que encontrar con alguien, díselo a él, no a otros, de qué te quejas. No hay experimento más peligroso que el de pretender ser una cosa ante el rostro de un hombre y otra a sus espaldas."