"¿Y si apenas estamos a mitad de camino, con la fase parabólica aún por comenzar?" Hay una respuesta muy elegante y simple a eso: aplicas principios básicos de seguimiento de tendencias que te ayudan a capturar ese movimiento cuando/si ocurre, mientras proteges tu inversión si no se materializa. No hay necesidad de toda esa palabrería sobre ciclos económicos. Obviamente, este enfoque de seguimiento de tendencias no resulta atractivo como copia de marketing si estás en el negocio de monetizar los sueños y esperanzas de las personas a través de suscripciones a boletines. Necesitas hacer alguna predicción contundente.

El camino más rápido hacia una idea viable no es a través de mejoras incrementales, sino a través de la destrucción deliberada. En lugar de preguntar cómo mejorar tu estrategia, toma tu cuchillo más afilado e identifica cada forma en que podría colapsar. La ventaja competitiva va para aquellos que pueden reconocer estos defectos rápidamente, antes de invertir un tiempo y recursos significativos en algo condenado desde el principio. El éxito en este proceso exige alfabetización de datos y un escepticismo saludable. En lugar de construir planes elaborados en torno a suposiciones no probadas, desarrolla el instinto de preguntar inmediatamente: ¿qué evidencia podría invalidar completamente mis creencias fundamentales sobre esta idea? Al buscar activamente los datos que demostrarían que estás equivocado, ya sea descubres debilidades fatales temprano o, igual de rápido, refuerzas tu convicción de que has encontrado algo genuinamente digno de perseguir.