En los más de 200 proyectos con los que he trabajado, he notado una cosa: Una comunidad es el mayor activo de una empresa o su mayor responsabilidad. Se convierte en una responsabilidad porque a menudo la comunidad es la que menos dispuesta está a aceptar el cambio. Por ejemplo, cuando un fundador o un equipo introduce un nuevo estilo de contenido, tal vez inicien un podcast, lancen un programa espacial o hagan que el fundador produzca contenido en video, la comunidad se opone. Rechazan la idea simplemente porque es diferente de lo que están acostumbrados. Y aquí está el problema: cosas como una serie de podcasts o un programa espacial requieren tiempo antes de que aparezcan los resultados. Pero ese rechazo instantáneo por parte de un par de miembros ruidosos de la comunidad crea una ola de retroalimentación negativa antes de que el equipo tenga la oportunidad de experimentar el lado positivo. Así que el equipo se queda atrapado haciendo las cosas a la antigua en una industria donde el cambio es la única constante.
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